Hay 20 habitaciones, sobrias y propicias para la creación, para acoger a los viajeros. Las paredes de color crema con su enlucido fratasado dejan entrever el material. Hay clavos de hierro y estantes altos para colgar obras de arte o de cerámica. Las habitaciones recuerdan a La Habitación del pintor de Van Gogh y en algunas hay frescos pintados en el techo. El artista Franck Lebraly se inspiró en los motivos de los cubistas y los surrealistas, con guiños a Picasso y Delaunay.